Día Mundial del Malbec: cómo y dónde se produce el gran vino argentino que conquista continentes

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“El vino comienza a definirse en la viña”, explica el reconocido enólogo José
Hernández Toso, desde el corazón del Valle de Uco, en Mendoza. Y agrega:
“El Gran Malbec representa una visión del vino como arte”.

Este jueves 17 de abril es el Día Mundial del Malbec, la variedad de uva tinta
más importante y emblemática de Argentina. Su éxito a nivel internacional ha
sido fundamental para posicionar al país como un actor clave en el mundo del
vino, representando en los últimos años el 64% de todas las exportaciones de
vino argentino.
Si bien la industria mundial de vino enfrenta desafíos y para las bodegas
argentinas los años 2021, 2022 y 2023 fueron desafiantes, las exportaciones
de vinos argentinos crecieron 4% en 2024, alcanzando los 713,5 millones de
dólares, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
El éxito progresivo del Malbec ha contribuido significativamente a construir y
fortalecer la imagen de Argentina como un país productor de vinos de alta
calidad. Mendoza, en particular, se ha convertido en un destino enoturístico
importante gracias a este exquisito vino.
Si bien los principales destinos de las exportaciones de vinos argentinos son
Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Canadá, México, Países Bajos y
Alemania, la popularidad del Malbec local se ha extendido a una amplia gama
de países, lo que ayuda a diversificar las exportaciones.
Además, este vino ha impulsado el desarrollo de la industria vitivinícola
argentina en general, fomentando la inversión en tecnología, la mejora de las
prácticas de producción y la exploración de nuevos terroirs.
La historia del Malbec comenzó en Francia, pero encontró su mejor versión en
suelo argentino. Fue introducido en el país en el siglo XIX y se adaptó con
fuerza al clima y los suelos mendocinos. El 17 de abril recuerda la fecha en que
el presidente Domingo Faustino Sarmiento impulsó el desarrollo de la
vitivinicultura nacional en 1853, marcando el inicio de una transformación que
hoy posiciona a la Argentina como líder mundial en esta cepa.
En su finca Las Divas, Huarpe Riglos Family Wines celebra al Malbec como
emblema nacional. Desde la parcela “Margot” -inspirada en un clásico del
tango-, surge un vino intenso, elegante y contemporáneo, con reconocimiento
internacional.

El Malbec es mucho más que una variedad: es una expresión cultural profunda,
una postal líquida de la Argentina que ha conquistado al mundo. Y desde
Gualtallary, una de las zonas más reconocidas del Valle de Uco, Mendoza,
Huarpe Riglos Family Wines lo interpreta con una mirada propia, audaz y
sensible a la vez.
En la finca Las Divas, cada parcela rinde homenaje a una figura femenina
—real o simbólica— que inspira fuerza, elegancia y carácter. Entre todas ellas,
la parcela 8 tiene un rol especial: lleva el nombre de “Margot”, en referencia al
tango popularizado por Carlos Gardel, una pieza icónica que conecta dos
mundos artísticos con raíz argentina —el vino y la música— bajo una misma
emoción.
Una finca donde el arte crece en la vid
Las uvas del Gran Malbec nacen en suelos franco-arenosos con gravas, en
una pendiente del 3% con exposición solar ideal y condiciones climáticas
únicas a más de 1.350 metros sobre el nivel del mar. Este entorno natural
potencia la expresión varietal, la frescura y la profundidad del vino.
El sistema de conducción en espaldera alta (VSP), el riego por goteo con agua
de pozo surgente y la protección con malla antigranizo completan el cuidado
meticuloso que la bodega aplica en cada hilera. “Aquí no hay margen para el
azar: el vino comienza a definirse en la viña, y en Las Divas las uvas se tratan
como verdaderas protagonistas”, dijo el enólogo José Hernández Toso.
Las divas nacionales representan al Malbec y fueron inspiradas en personajes
reales y de ficción relacionados al tango como la mítica Tita Merello junto a los
personajes y letras como “Malena”, “Margot”, “Mademoiselle Ivonne” y “Che
Papusa, oí”. En tanto, las internacionales representan a otros varietales como
el Cabernet Franc, Sauvignon Blanc y Cabernet Sauvignon.
Un Malbec con historia, estilo y espíritu artístico
Desde su lanzamiento, el Gran Malbec de Riglos ha logrado el equilibrio
perfecto entre potencia y elegancia, ganándose el respeto de la crítica
internacional y de los consumidores más exigentes.
Ha sido reconocido con más de 25 puntuaciones superiores a los 90 puntos,
por medios especializados y maestros del vino internacionales como
Descorchados, Wine Spectator, Wine Advocate, Wine Enthusiast, Decanter,
Guía Peñín, Tim Atkin y Jancis Robinson, entre otros.
“Para nosotros, el valor va más allá de los puntajes. El Gran Malbec representa
una visión del vino como arte. Una forma de contar quiénes somos, de dónde
venimos y qué sentimos”, agrega el el enólogo de Huarpe Riglos Family Wines.

Como el tango —que sigue reinventándose sin perder esencia—, este Malbec
emociona desde la autenticidad.
En parcela Margot, esa conexión se vuelve tangible: un homenaje al tango
como arte vivo, intergeneracional, y a la vez una declaración de principios
sobre lo que significa hacer vino con identidad argentina.

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