El Chaco elige 16 nuevos diputados y define su equilibrio legislativo

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La vecina provincia va hoy a las urnas para elegir 16 bancas entre 176 candidatos, comicios que serán decisivos para redefinir la voluntad política del legislativo unicameral. La elección marcará el rumbo institucional de los próximos años, con implicancias en la gobernabilidad, la aprobación de políticas públicas y las futuras alianzas parlamentarias.

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Hoy, domingo 11, la provincia del Chaco celebra elecciones legislativas para renovar 16 bancas de la Cámara de Diputados provincial, en un proceso que convoca a un total de 176 candidatos.
Las elecciones cuentan con la participación de 11 listas, integradas por una diversidad de fuerzas políticas. Entre ellas, se incluyen tanto alianzas de proyección nacional como partidos de origen local.
La magnitud de la elección radica no solo en el número de bancas en disputa, sino también en el potencial impacto que la nueva composición legislativa tendrá sobre la gobernabilidad provincial en los próximos años.
Los resultados influirán en áreas clave como la aprobación de presupuestos, las reformas institucionales y la fiscalización de los actos del Poder Ejecutivo.
La participación ciudadana será determinante, ya que el voto no solo define representantes, sino también el equilibrio político dentro de la Legislatura, y con ello, las posibilidades de consenso o confrontación en el ámbito institucional.
Según datos oficiales, el padrón electoral de la provincia del Chaco incluye a 1.001.912 electores habilitados. Este número representa un incremento de 13.287 personas respecto a las elecciones generales de 2023, cuando se registraron 998.377 votantes

EL SISTEMA
D’HONDT Y SU APLICACIÓN

El método de asignación de bancas en estas elecciones será el sistema D’Hondt, un mecanismo proporcional que traduce el caudal de votos en escaños legislativos.
La mecánica consiste en dividir el total de votos obtenidos por cada lista entre una secuencia de números naturales consecutivos. A partir de los cocientes resultantes, se asignan las bancas a quienes tengan los valores más altos hasta completar la cantidad disponible.
En este caso, no requiere segunda vuelta, ya que su objetivo es lograr una representación proporcional en una única instancia.
Con este método, se asegura que las listas con mayor respaldo tengan una mayor proporción de escaños, pero también se reserva espacio para aquellas con menor caudal de votos, siempre que superen un mínimo relativo.
Aunque el sistema D’Hondt no establece un umbral legal obligatorio para acceder a una banca, en la práctica se observa un piso aproximado que los partidos deben superar. En el caso chaqueño, se estima que una fuerza necesita alrededor del 6 por ciento del total de los votos para lograr una banca.
Este porcentaje es orientativo y puede variar según el comportamiento del electorado y el nivel de fragmentación política. Si los votos se distribuyen de forma muy dispersa, el umbral efectivo puede elevarse, dificultando el ingreso de fuerzas menores.

Escenarios hipotéticos

En un escenario de once fuerzas políticas en competencia, la fragmentación del voto es una posibilidad real, y eso podría modificar las expectativas de acceso, especialmente para las agrupaciones más pequeñas.
No obstante, si se toma como referencia un marco de alta polarización en un escenario de participación electoral del 60 por ciento del padrón chaqueño, es decir, aproximadamente 601.147 votantes, y se descuenta un 5 por ciento correspondiente a votos en blanco o nulos, se obtendrían unos 571.089 votos válidos positivos. En este contexto, para que una fuerza política acceda a ocho bancas legislativas bajo el sistema D’Hondt, debería alcanzar al menos entre el 46,5 por ciento y el 50 por ciento de los votos válidos, lo que equivale a un rango estimado de entre 265.856 y 285.544 votos.
En un segundo escenario, con una participación del 70 por ciento del electorado, lo que representa aproximadamente 701.338 votantes, y aplicando el mismo descuento del 5 por ciento, se alcanzarían unos 666.271 votos válidos. En este caso, el porcentaje necesario para obtener ocho escaños se traduciría en un mínimo de 309.017 votos (46,5 por ciento) y un máximo estimado de 333.136 votos (50 por ciento).
Por ello, las estrategias de campaña han estado orientadas tanto a consolidar un núcleo duro de votantes como a captar indecisos que permitan alcanzar o superar el umbral estimado.

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