«No soy un héroe. Soy amigo. Y soy bombero». Esas fueron las palabras que eligió Ismael Ayala para comenzar una carta en la que contó el camino que hizo para encontrar el cuerpo de Ezequiel Matías Vergara, el joven que había desaparecido el 21 de marzo en su casa de Villa La Angostura y que apareció muerto este domingo. Ayala, que es rescatista desde los 19 años, también era amigo de Ezequiel y de su tío. «Cuando desapareció, no lo dudé. Sabía que tenía que salir a buscarlo«, explicó.
En su nota, que fue replicada en redes sociales y por medios de Villa La Angostura, el bombero contó que conoció a Ezequiel «por la vida, por esas vueltas que da el pueblo». Además, recordó que el joven «tenía una conexión con la montaña que lo marcaba, que lo definía».
Ayala destacó también que no hizo la búsqueda solo. Lo acompañaban su hermano y Pablo, el tío de Ezequiel. «Él es como un hermano para mí, tomamos taekwondo juntos y además somos amigos. Pero lo vi mal, estaba muy afectado. Por eso mi hermano Daniel se sumó a la caminata», explicó.
El rescatista conocía el terreno y el lugar en el que había desaparecido su amigo. Según detalla en la carta, recorre esas montañas desde chico. «Cuando entré al cuartel de bomberos, a los 19, confirmé que este era mi camino», relató, y agregó que esa experiencia lo ayudó mucho en la búsqueda.
El bombero contó además que para para poder ubicar el cuerpo se valió de fotos y videos que el el tío de Ezequiel le mostró sobre lugares que solía visitar el joven. «Con cada imagen que me mostraba, trazaba una ruta mental, como un mapa de afecto«. Esa fue la brújula que los guió por la montaña.
Ayala relató que en un punto el tío de Ezequiel ya no pudo seguir. Fue ahí cuando decidió continuar solo. Poco después, y tras pasar un risco, encontró la mochila. «Desde ese punto, supe que estaba cerca», contó.
La siguiente pista fueron unas huellas. Las siguió durante doscientos metros y encontró la campera del joven. «Eso me indicó que estaba en el camino correcto». «El terreno se volvía cada vez más riesgoso, escarpado. Pero con precaución, trepé. Cada paso era una mezcla de tensión y esperanza«, describió.
«Arriba decidí bajar por la otra ladera. Ya me había tocado hacer rescates en situaciones similares. Usé la campera como referencia y empecé el descenso, agarrándome de las piedras, sin poder mirar abajo. Y ahí estaba. A menos de un metro. El cuerpo de Ezequiel» explicó el rescatista.
«Me quedé en silencio. No hay palabras para describir lo que se siente en ese momento. Sólo me enfoqué en volver», detalló. Fue ahí que emprendió el regreso y le avisó a la policía.
Ismael contó que emprendió al búsqueda porque «sólo quería ayudar a su familia. Darles la posibilidad de despedirse, de cerrar una etapa. Esa fue mi manera de honrar la amistad y de cumplir con mi vocación», detalló. «Hoy me queda la tranquilidad de haber hecho lo que sentía correcto. Y el dolor inevitable de haber perdido a un amigo», agregó.
Este lunes, los Bomberos Voluntarios de Villa La Angostura compartieron en redes un comunicado en el que le expresan su reconocimiento a Ayala «por su destacada intervención en la localización del ciudadano Ezequiel Vergara».
«Ismael pasó por un difícil acceso y alto riesgo, con condiciones adversas, poniendo así en riesgo su vida. Su accionar, marcado por la determinación y el compromiso con el servicio, permitió dar con el paradero del ciudadano, demostrando una vez más los principios de entrega y vocación que rigen nuestra labor», detalla el comunicado oficial de la institución.
Cómo fue el caso de Ezequiel Matías Vergara
Patricia, la mamá de Ezequiel fue la primera en advertir su desaparición. La mujer, que vive en el centro de Neuquén, había enviado un mensaje al grupo de WhatsApp que comparte con su familia, al que el joven respondió con un corazón. Desde ahí no tuvo más contacto.
Días más tarde, la mujer recibió un mensaje de la jefa de su hijo, quien se comunicó con ella porque hacía varios días que Ezequiel no iba a trabajar.
Luego de intentar contactarlo sin obtener respuesta, Patricia se comunicó con el tío de Ezequiel, el familiar que vive más cerca de la casa del joven. El hombre fue al departamento de su sobrino y allí se encontró con un misterioso mensaje escrito en la pared: «Estoy cansado de lastimar gente. No es lo que quiero. No se justifica. Siento que estoy enfermo. Mando luz y amor para quienes amo».
En ese momento, Patricia reconoció que una de las frases pertenecía a su hijo, y aseguró a un medio neuquino: «Puede significar que quiere cambiar. No a modo de quitarse la vida. Su tía decía que él siempre manifestó que no sería capaz de quitarse la vida. Pero también pienso que si quería hacer un retiro espiritual, nos hubiese avisado. Son análisis que uno hace porque no sabe qué pensar».
Según trascendió, las cosas en la casa de Ezequiel estaban en orden, y el joven partió sin su celular. La policía había encontrado grabaciones de video que se veía al joven retirando dinero de su cuenta bancaria en un cajero de Villa La Angostura el día de su desaparición. Al dejar el cajero, se subió a un taxi y ese fue el último dato que se tuvo de él hasta este domingo.
BPO