Las importaciones ya superan en un 14% el pico de la era de Mauricio Macri, empujadas por bienes de consumo y electrodomésticos

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En aquellos segmentos donde hay posibilidades de fabricación doméstica o donde no hay agregación de valor en el país la opinión es más dividida; algunos hacen más hincapié en la mejora de calidad y la reducción de precios que generan los artículos importados, otros hacen más hincapié en el empleo y los beneficios/perjuicios para la industria nacional, mientras que hay quienes tratan de hacer un equilibrio entre ambas posiciones, dependiendo del sector.

Las importaciones de bienes de consumo son las que más crecen

En los bienes de consumo, que son aquellos que no cuentan con ningún tipo de transformación fronteras adentro, las importaciones pegaron un salto del 31% respecto de 2018. Esto implicó un consumo adicional de u$s668 millones.

Según un análisis detallado de Federico Bernini, economista del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA, en este segmento los principales ascensos se verificaron en electrodomésticos. Entre heladeras, lavarropas y calentadores (que incluye hornos, parrillas y planchas, por ejemplo) consumieron u$s110 millones más que en el récord de Cambiemos.

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Fuente: Federico Bernini, en base a datos del INDEC.

En paralelo, también fueron elevados las subas en las importaciones de calzado, motos y alimentos que no se producen en el país, como bananas y paltas.

«La creciente incidencia de las importaciones está desplazando significativamente a la producción local, debido al volumen exponencial que alcanzaron en los últimos meses», advirtió Alejandro Schvartz, director de Visuar. Y agregó: «Aunque el mercado mostró una leve expansión respecto de 2024, ese crecimiento se lo está llevando en su mayoría el componente importado, restando participación a la industria nacional».

En ese sentido, remarcó que «la diferencia entre la producción nacional y el ingreso de productos del exterior es particularmente marcada en segmentos como heladeras y lavarropas. Entre enero y junio, la fabricación local de heladeras creció un 34,3%, pero las importaciones se dispararon un 154%, lo que muestra una clara preferencia por el producto extranjero y un fuerte desplazamiento de la oferta nacional».

Empleo industrial en riesgo

Un reciente trabajo de Fundar alertó que hay 431.452 empleos en riesgo por la apertura comercial que está llevando cabo el Gobierno, sin ningún tipo de medidas que contemplen a los sectores y puestos de trabajo afectados. La mayoría de esas fuentes laborales están en la industria manufacturera; dentro de ella, las producciones más afectadas podrían ser las de textiles, indumentaria, calzado, madera, muebles, y productos electrónicos.

La entidad reconoció que la apertura comercial es importante para fomentar la competencia, y así la innovación. Sin embargo, agregaron que esta debe ser acompañada de iniciativas complementarias, como baja de impuestos, políticas industriales, un manejo más sostenible del tipo de cambio y políticas de sostenimiento de ingresos/reconversión laboral para las personas perjudicadas.

“A medida que las empresas de producción local pierden participación en el mercado, el impacto en el empleo se vuelve inevitable”, advirtió Schvartz. “Con una menor producción, las compañías demandan menos mano de obra, y eso se refleja en la caída del empleo formal que se viene observando desde 2024. Si no se revierten estas tendencias, el desempleo va a seguir creciendo”.

El sector automotriz es el que más divisas consume

De todos modos, en términos de divisas, la variación total de las importaciones respecto de 2018 fue explicada principalmente por las mayores compras de autopartes (+u$s558 millones). Por el contrario, la adquisición de autos terminados fue todavía menor a la de ese momento (-u$s327 millones), aunque muy superior a la del segundo trimestre de 2024.

Respecto del sector automotriz, Bernini remarcó que la producción local de autos «está en un buen nivel» (+4,2% contra 2018), por lo cual en este rubro no necesariamente la apertura comercial se traduce en un desplazamiento de la fabricación nacional.

«En la medida que el crecimiento de las importaciones sea por desarme de regulaciones absurdas creo que es sano (los consumidores pagan menos y hay menos rentas para algunos empresarios). Luego, si el tipo de cambio está insosteniblemente barato, eso puede ser perjudicial porque podés dañar empresas que son competitivas«, profundizó el especialista en diálogo con este medio.

Además, agregó que los gobiernos regionales pueden jugar un rol importante con políticas industriales que «unan las capacidades o ubicación geográfica de los sectores que pierden empleo respecto de los que ganan».

Además, el relevamiento arrojó importantes subas en las compras de computadoras, fertilizantes e insumos farmacéuticos.

Las importaciones se estabilizaron en un alto nivel histórico

Este jueves el INDEC informó que las importaciones alcanzaron los u$s6.370 millones en junio. Este valor fue 1,2% inferior al de mayo, en términos desestacionalizados, lo cual significó el segundo retroceso mensual al hilo y generó las condiciones para el superávit comercial más alto del año.

Gustavo Perego, director de la consultora Abeceb, dijo a este medio que no le resulta sorpresiva la merma mensual, por tres factores: 1) porque durante el primer trimestre muchos importadores habían adelantado sus operaciones, ante la expectativa de una salida del cepo, 2) porque el ajuste fiscal le pone un techo a la demanda, y 3) por la reciente ganancia de competitividad que tuvo el peso argentino frente al real brasileño y las monedas de otros socios comerciales.

En términos anuales, no obstante, se verificó un salto del 35,9% (+53,2% medidos en cantidades). En este contexto, muchos analistas advierten que las compras al exterior se están estabilizando, pero un nivel elevado en términos históricos, tal como refleja la comparación contra 2018.

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